La Declaración sobre Democracia, Emergencia Climática, Entornos Digitales y Nuevas Formas de Violencia contra las Mujeres representa un compromiso renovado de los Estados de la región para enfrentar las manifestaciones contemporáneas y estructurales de la desigualdad de género, reconociendo que las crisis climáticas y los entornos digitales han generado nuevas formas de violencia que amenazan los derechos fundamentales de las mujeres.

El documento aborda cuatro áreas prioritarias que se entrelazan en la experiencia de las mujeres en toda su diversidad: la participación democrática paritaria, la justicia climática con perspectiva de género, la ciudadanía digital plena y segura, y la protección integral de las defensoras de derechos humanos y del medio ambiente.

Los Estados Parte reconocen que las mujeres indígenas, afrodescendientes, de comunidades rurales, defensoras ambientales, periodistas y activistas enfrentan riesgos diferenciados y agravados en contextos de emergencia climática, donde la violencia política por razón de género, la violencia sexual, el desplazamiento forzado y la criminalización se intensifican.

En el ámbito digital, la declaración alerta sobre el incremento de la violencia en línea, el ciberacoso, la difusión no consentida de contenido íntimo facilitado por la inteligencia artificial y los discursos de odio que amenazan la participación democrática de las mujeres. Se insta a los Estados a que adopten legislaciones específicas, establezcan mecanismos de corresponsabilidad con las plataformas tecnológicas y promuevan el desarrollo ético de la inteligencia artificial.

Esta declaración representa un llamado a la articulación regional para construir una América Latina y el Caribe libre de violencias para mujeres, adolescentes y niñas. Los Estados Parte reafirman su compromiso con el multilateralismo regional y el principio de progresividad de los derechos humanos, rechazando cualquier retroceso en los avances alcanzados.

Destacando la importancia de incorporar enfoques interseccionales, interculturales y territoriales en todas las políticas públicas, y reconociendo que la eliminación de la violencia contra las mujeres es indispensable para fortalecer las democracias en la región. La construcción de sociedades de cuidados, la participación plena de las mujeres en la gobernanza climática y digital, y la protección efectiva de las defensoras son pilares fundamentales de este compromiso colectivo.

En este sentido, los Estados se comprometen a incluir indicadores específicos sobre violencia de género en contextos climáticos y digitales en sus informes al MESECVI, promoviendo la cooperación internacional y la articulación con marcos existentes como el Acuerdo de Escazú para fortalecer respuestas coordinadas y conjuntas orientadas por la igualdad de género.

Para concluir la declaración afirma que el fortalecimiento de las democracias en América Latina y el Caribe requiere de la eliminación de todas las formas de violencias contra las mujeres, y reconoce, que la igualdad de género y el respeto a los derechos humanos son esenciales para la paz, la seguridad y la sostenibilidad regional.

Este compromiso colectivo representa un paso fundamental hacia la construcción de sociedades más justas, democráticas y libres de violencias, en las que las mujeres, adolescentes y niñas puedan ejercer plenamente sus derechos y participar en igualdad de condiciones en todos los ámbitos de la vida social, política y económica.

La articulación regional es la clave para transformar estos compromisos en acciones concretas que protejan y garanticen el derecho de todas las mujeres a una vida libre de violencias.

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