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El orgasmo femenino: El Placer de ser mujer

08 de Agosto 2024
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El erotismo es un elemento esencial de nuestro cuerpo, que siente, se emociona, percibe, imagina y recrea fantasías a partir de la integración de todos los sentidos, con el sencillo y firme propósito de lograr el placer sexual... ya sea a solas o en compañía. 

Escribe: Elizabeth Ferreras Blanco, psicóloga, integrante de Cladem México


El placer sexual, históricamente criticado, castigado, silenciado, vetado, sancionado y estigmatizado, especialmente en los cuerpos femeninos, ha sido objeto de grandes tratados científicos, filosóficos, psicológicos y religiosos que lo han colocado dentro del ámbito de la vergüenza y la ignominia, convirtiéndolo en algo sucio y prohibido. "No te toques, no te mires, no sientas, no muestres, no imagines, no rías, no gimas ... no, no, no".  Fue solo con la revolución sexual de los años 60 y 70 que surgió un nuevo paradigma, sacando a la luz pública un tema que hasta hoy sigue siendo parte de lo privado: la libertad de ser, actuar y pensar una nueva forma de ejercer la sexualidad, más allá de la biología y la reproducción dentro o fuera del matrimonio. Sin embargo, incluso en este nuevo paradigma, el placer femenino seguía asociado a la figura de un hombre como responsable de provocarlo, es decir, el placer no era visto como algo propio, sino como el resultado de lo que otra persona podía provocar o generar en nuestro cuerpo.


Actualmente, el paradigma ha cambiado y sigue evolucionando. "El orgasmo es de quien lo trabaja"… este dicho nos devuelve la responsabilidad de explorar nuestro cuerpo, de identificar las partes más sensitivas y redescubrir las sensaciones que hacen vibrar de placer nuestro ser, llevándonos a sentir la alegría de la vida. Como dice la famosa canción de "Macarena", "dale a tu cuerpo alegría y cosas buenas".


El establecimiento del Día del Orgasmo Femenino crea un nuevo paradigma en la forma de sentir, hacer y pensar sobre el conocimiento y la vivencia del placer en las mujeres, así como las múltiples formas de alcanzar el orgasmo, ya sea a solas, en pareja o de la manera en que cada mujer decida ejercer su sexualidad, libre de los prejuicios y tabúes que históricamente se han tejido en torno a él.


El conocimiento del placer en las mujeres actuales


El estrés, la desinformación o la información incompleta, los condicionamientos sociales y morales, la falta de tiempo, de espacio íntimo y el desconocimiento del propio cuerpo, no solo reducen el interés en las relaciones, sino que merman el deseo sexual, relegándolo a un segundo o tercer plano, sino que negándolo en tiempo y espacio. Esto se agrava aún más cuando las relaciones se dan bajo presión, abuso o coerción por parte de la pareja sexoafectiva.


Además, otros factores que inhiben una vida sexual amorosa y placentera incluyen la tendencia de muchas mujeres a priorizar otros aspectos de la vida, como el cuidado doméstico y familiar, las extensas jornadas de trabajo y actividades relacionadas con el mundo externo, como el gimnasio y las relaciones sociales y familiares. Esta postergación del tiempo dedicado a la sexualidad puede llevar a encuentros sexuales apresurados, como los "rapidines", que no siempre resultan placenteros y pueden generar frustración. Esto sienta las bases para que muchas mujeres no dediquen el tiempo necesario al disfrute y placer que conlleva la obtención de un orgasmo.

Redescubrir nuestras zonas erógenas, identificar las partes del cuerpo que nos producen las sensaciones más placenteras, y experimentar la plenitud de tocar, oler, saborear y sentir con todos nuestros sentidos activados, nos puede transportar a sensaciones y emociones no exploradas o desconocidas. Esto, siempre considerando el respeto y cuidado de nuestro cuerpo.


Por eso, la invitación es a que, como mujeres, pensemos en nuevas y mejores maneras de cuidar nuestro cuerpo, ejercer nuestro derecho al placer y vivir nuestra sexualidad sin culpa ni vergüenza. Debemos sentirnos con el derecho de vestirnos y desvestirnos con amorosidad, respeto, reconocimiento y agradecimiento por nuestro cuerpo, tan único y diferente como nuestra propia vida.


Que nadie nos dicte cómo vivir el placer; construyamos nuestra propia ética del disfrute. Tocar, oler, saborear, mirar... desde las sensaciones que nos motiven a explorar nuestro cuerpo, ya sea en un encuentro a solas o en compañía.


El orgasmo es un acto íntimo e intenso, un encuentro y descubrimiento del propio cuerpo. Es un ejercicio de liberación emocional y corporal, donde la vida adquiere sentido y los sentidos cobran vida.


Así que, en este día, te invito a ser empática y responsablemente orgásmica, contigo y solo para ti. Celebremos nuestro ser femenino, el cuerpo que nos acompaña y, sobre todo, nuestro derecho a sentir, imaginar y disfrutar sin culpas ni vergüenzas.


Atreverse a explorar cada rincón de nuestro cuerpo y de vivir nuestra sexualidad de manera plena y placentera es un acto que debe ser tan revolucionario como cotidiano.



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