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El lápiz de la inequidad

10 de Octubre 2009
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Solo el 6% de las adolescentes que dejan el colegio para atender su embarazo vuelven a las aulas. Las mujeres son las que menos acceden a la educación, sin embargo, son las que más completan estudios terciarios. El fundamentalismo como siempre es una piedra en el zapato de los derechos humanos. Estos datos se desprenden de un relevamiento del acceso a la educación de las paraguayas. 
Por María Jesús Caballero


En el marco de un relevamiento en 15 países de América Latina y el  Caribe que está desarrollando CLADEM sobre la situación de las mujeres respecto a la educación, Paraguay presentó semanas atrás  su informe, reproducimos aquí algunos de sus más interesantes  hallazgos.

Instrucción desigual
En la población de 15 a 24 años vemos que sin instrucción formal hay una prevalencia de hombres 1,2 a una mujer, situación que continúa en la Educación Escolar Básica (EEB) incompleta, con el 31,2% de hombres y el 25,4% de mujeres.
La educación media puede ser considerada como la de menor cobertura, los datos del 2008 registran que se alcanzó a menos de la mitad de la población en edad de asistir, 42,4% llegando en el área rural solo a un 20,7%.
En el año 2008 la tasa neta de escolarización llegó al 70,4% con una leve diferencia a favor de las mujeres. El nivel de repitencia es mayor en los hombres que en las mujeres y el ámbito rural tiene menor cobertura que la urbana.
Al realizar la desagregación por sexo se puede notar que en el año 2008 las mujeres presentaron un mayor índice de alfabetización que los hombres revertiendo en cierta medida la situación encontrada en el país 10 años atrás.
En cuanto a la calidad de la educación los datos recogidos permiten inferir que Paraguay forma parte de los países cuyos estudiantes tienen puntuaciones inferiores al promedio regional de América Latina.
En el año 2000, el ingreso a la educación terciaria muestra una preeminencia de mujeres 52% ante hombres 48%. En el año 2008, el porcentaje de estudiantes que culminaron la educación terciaria ha sido del 13,6% de las que un 16,5% fueron mujeres y un 10,6% hombres.
Con respecto a la educación terciara no universitaria, la tendencia más alta corresponde a los institutos de formación docente que para el año citado anteriormente llegó a matricular a un total de 22.429 estudiante, de los cuales un 28% eran hombres y un 71,1% mujeres, manteniéndose la tendencia de sexo en los años posteriores. Sin embargo, en la categoría de personas sin instrucción, las mujeres nuevamente superan a los hombres.

Niñas y niños trabajando
El inicio en el mercado laboral para las personas de 10 a 14 años es del  orden del 10%, con diferencias según sexo (niños 13,4%, niñas 7,6%). Tres de cada diez niños trabajan o en la agricultura o en el comercio, mientras que siete de cada diez niñas están en los servicios y dos de diez en el comercio. En otras palabras, los varones se encuentran entre el sector terciario y primario, mientras que las mujeres están concentradas en el terciario, según Roberto Céspedes en su estudio “Infancia y adolescencia trabajadora de Paraguay: Evolución 2001 - 2004”.

Embarazo adolescente y aprendizaje
Respecto al embarazo adolescente (entre 15 y 24 años), según datos del Centro Paraguayo de Estudios de Población (CEPEP – Encuesta 2008). Las mujeres que estudiaban al momento del embarazo fueron 24,8%, el 48,9 % de ellas interrumpieron sus estudios y solo el 6,4% retornaron al colegio.
Los registros del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social del año 2008 dan cuenta de un alto porcentaje de niñas madres. Se tiene un registro de 538 partos en niñas de entre 10 y 14 años y 20119 partos de adolescentes de entre 15 a 19 años.
La orientación pedagógica de la educación sexual en el Paraguay entre 2000 y 2008 ha sido eminentemente biologista, manteniendo rasgos conservadores religiosos y una marcada resistencia a la implementación de la transversalidad del enfoque de género en la currícula de la educación básica y media, por lo que puede afirmarse que esta orientación impide revertir los modelos de una estructura autoritaria y patriarcal.
Fundamentalismo contra la educación Los temas referidos a la identidad sexual, así como a la feminidad, a la masculinidad y a las nuevas masculinidades, forman parte del  curriculum omitido de la Educación Escolar Básica, puesto que el abordaje biologista y de corte heterosexual, reforzado por los lineamientos religiosos que aún permean la currícula, impiden una mirada incluyente hacia las diferentes identidades sexuales, que desde ese enfoque, son consideradas desviaciones o perversiones.
Respecto a la relación a las normas y políticas educativas aprobadas y aplicadas en el país para promover y acelerar la igualdad de las mujeres en la esfera de la educación, se observa que Paraguay cuenta con un amplio marco jurídico para garantizar la igualdad de mujeres y hombres en el ámbito de la educación.
Sin embargo, la transversalidad guarda una deuda respecto a las discriminaciones de género expresadas en el curriculum oculto o evadido

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