Los países de América Latina y el Caribe han ido adaptando gradualmente su legislación nacional al marco jurídico internacional e interamericano sobre los derechos de las mujeres. De acuerdo a la OECD, en el mundo en vías de desarrollo, América Latina y el Caribe es la región que más ha avanzado en el reconocimiento formal de los derechos de las mujeres.
La Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Convención de Belém do Pará) estableció por primera vez el derecho de las mujeres a vivir una vida libre de violencia. Este acuerdo histórico – el primero en el mundo que aborda la violencia contra las mujeres – ha dado pauta para la adopción de leyes y políticas sobre la violencia contra las mujeres en los Estados Parte de la Convención, así como un marco político y estratégico para su implementación.
Desde su entrada en vigor – el 5 de marzo de 1995 – la Convención ha inspirado campañas de acción y de información, normas legales y procedimientos, modelos de atención, procesos de sensibilización y capacitación con personal legal, de salud y de seguridad, iniciativas de monitoreo, evaluación y seguimiento, y servicios de asesoría y de atención para mujeres víctimas. En cada país del Hemisferio existen ejemplos de estas acciones.