Por supuesto, aquí tienes una versión mejorada del texto:

En paralelo a la estrategia de litigio de casos, CLADEM ha empleado la figura legal del amicus curiae como un recurso valioso y efectivo para fomentar la expansión de los marcos interpretativos de la normativa tanto a nivel internacional como nacional en los países de la región. Además, ha buscado promover la justiciabilidad de los derechos humanos de las mujeres, con el objetivo de generar jurisprudencia sensible al género a nivel internacional.

Dentro de esta estrategia, CLADEM optó por contribuir a la resolución del caso Karen Atala Riffo vs. Chile, un caso paradigmático que destaca la interseccionalidad entre la discriminación basada en el sexo/género y la orientación sexual. El caso aborda la situación de una jueza chilena a la que se le retiró la custodia de sus tres hijas en el contexto de un proceso judicial, simplemente por haber decidido convivir con su pareja lesbiana.

CLADEM presentó dos amicus curiae: el primero en enero de 2006 ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el segundo en septiembre de 2011 ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. En estas intervenciones, se buscó visibilizar la violación de los derechos humanos de Karen Atala y de sus hijas debido a la incorrecta aplicación del principio del "interés superior del niño", y se expuso la interseccionalidad entre la discriminación por orientación sexual y la discriminación por sexo/género mencionada anteriormente.

La sentencia emitida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos para este caso el 24 de febrero de 2012 se erige como un precedente crucial en el reconocimiento de los derechos de las personas lesbianas, gays, bisexuales y trans en la región. Más allá de la resolución específica del caso, la sentencia establece criterios de interpretación de la Convención Americana de Derechos Humanos que deben ser seguidos por los países signatarios de este tratado internacional.