El Espinillo es una pequeña población ubicada a 400 kilómetros de Resistencia y 1.400 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Su nombre hace referencia a una de las especies típicas del monte chaqueño, el espinillo, muy resistente a las sequías y de flores muy perfumadas.

Cuenta con 1.169 habitantes, de los cuales 727 son de origen Qom o Toba y el resto criollos, es decir, descendientes de inmigrantes.

Allí, en octubre de 2003 se produce una violación en la plaza pública, detrás del templo católico. Hay testigos, informes médicos y un juicio que culmina en una sentencia que absuelve a los imputados.

Al decir del Ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos de la Nación: “Se trata de un caso paradigmáticamente aberrante, con una no menos aberrante conducta de funcionarios provinciales -policiales y judicialesquienes en vez de proteger y reparar la violación de los derechos de la víctima mujer, indígena, menor de edad y pobre, la revictimizaron en un proceso escandaloso y canallesco”.1

Cuando el Instituto de Género, Derecho y Desarrollo de Rosario (INSGENAR) y el Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (CLADEM)3 toman conocimiento del caso, deciden contactarse con la familia de la niña para proponerles presentar su caso ante Naciones Unidas, ante la evidencia de la vulneración al derecho de acceso a la justicia.

La comunicación realizada ante el Comité de Derechos Humanos fue admitida y se inició un proceso que aún no ha culminado, pero que ha comenzado a dar sus frutos.

Hoy, luego de 6 años, LNP ha retomado sus estudios, sigue junto al cariño de toda su familia y el respeto de todos y todas quienes la hemos conocido.

No advierte aún la importancia que su decisión de denunciar y exigir justicia ha significado en la historia de las mujeres de los pueblos indígenas de la Argentina y de las consecuencias que todavía pueden derivarse.

La historia de los derechos humanos es una suma de luchas individuales y colectivas de quienes no callan ante la injusticia, no admiten la discriminación ni la desigualdad y no se arrodillan ante la impunidad.

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