Los aportes que aquí siguen son resultado del proceso de diálogo entre redes de la sociedad civil de América Latina y del Caribe y de organizaciones no gubernamentales de España, y de ellas con la Organización de Estados Iberoamericanos- OEI. Muchos de estos planteamientos fueron consolidándose durante el Foro Internacional de la Sociedad Civil que tuvo lugar inmediatamente antes y durante el Congreso Iberoamericano de Educación en septiembre de 2010.
La OEI incorporó en su última versión del documento Metas 2021, presentado en el Congreso Iberoamericano de Educación, un conjunto de recomendaciones que le hicimos anteriormente. Al mismo tiempo que nos congratulamos de que la OEI haya integrado algunos de los planteamientos de la sociedad civil, tomamos nota de que cuestiones centrales propuestas por las redes mencionadas no fueron incorporadas.
Por lo que, volvemos a plantear en esta ocasión las principales cuestiones todavía no se ven reflejadas en el documento de Metas 2021. Decidimos priorizar nuestros aportes. De esta manera, hacemos tres consideraciones generales, que deben ser tenidas en cuenta, incluso más allá del texto del documento Metas 2021, y cuatro recomendaciones que deberían integrar el texto de las Metas 2021 garantizando que los avances logrados en acuerdos anteriores a las Metas 2021 no retrocedan.
Consideraciones Generales
1. Aunque el marco general de las Metas 2021 sea “La educación que queremos para la generación de los bicentenarios”, no hay en el documento, así como no lo hubo en el Congreso Iberoamericano de Educación, suficiente énfasis justamente en qué educación queremos. La apertura del Congreso contó con el pronunciamiento de William Ospina, bajo el título de “Una nueva educación para una nueva sociedad”.
Sin embargo, sus planteamientos no estuvieron suficientemente reflejados en los debates del Congreso ni en el documento de las Metas. El escritor colombiano indaga: “mientras la educación siga siendo solo búsqueda del saber personal o de la destreza personal, todavía no habremos encontrado el secreto de la armonía social, porque para ello no necesitamos técnicos ni operarios sino ciudadanos. ¿Dónde se nos forma como ciudadanos?”.
Consideramos fundamental discutir el sentido de la educación que se busca, sentido que influye directamente en las políticas y las prácticas educativas. Para nosotros y nosotras, el sentido de la educación, del derecho a la educación, debe tener como horizonte la dignidad humana. Todos los esfuerzos deberían estar enmarcados y orientados a lograr una educación al servicio de la realización de todos los derechos humanos. Esto tiene enormes consecuencias en el contenido y en los materiales educativos, en las relaciones humanas que la escuela promueve, en los tiempos y espacios que ella ofrece.
En este sentido, la concepción de la educación como derecho humano debe primar en el proyecto “Metas Educativas 2021” y, como tal, instamos que considere explícitamente las dimensiones del mismo: la disponibilidad, accesibilidad, aceptabilidad y adaptabilidad, todas necesarias para garatizarlo.
Estas cuatro dimensiones del derecho a la educación han sido formalmente incorporadas por el Comité DESC de las Naciones Unidas en su Comentario General número 13 (1999), referencia básica de los derechos humanos. Considerar esas cuatro dimensiones, que no tienen diferente jerarquía ni orden de prelación entre sí, tiene consecuencias concretas en las políticas públicas y en las prácticas educativas. Implican que el derecho a la educación sólo se realiza si todas ellas se realizan. Para que se realicen, la educación debe estar disponible, ser accesible física y económicamente sin discriminación alguna, ser aceptable y adaptable a los sujetos que integran la comunidad educativa.
2. El esfuerzo del proyecto “Metas Educativas 2021” no puede reemplazar la obligación de los Estados frente a compromisos presentes, pendientes y urgentes para la garantía del derecho a la educación, enmarcados en las legislaciones nacionales, pactos regionales e internacionales que deben ser cumplidos de inmediato. Por el contrario, las Metas deben inscribirse en el cumplimiento de estas obligaciones.
3. Nos inquieta la significativa presencia y el lugar de destaque que tuvieron las empresas privadas en el Congreso Iberoamericano de Educación. Nuestra principal preocupación al respecto es que las empresas mediante su integración al Fondo Solidario u otros mecanismos de “cooperación internacional”, condicionen las prioridades y/o el desarrollo de las Metas, y por su intermedio a las políticas educativas de los países latinoamericanos.